-Toda mi vida me he atrevido a ir más allá de lo posible.
-¿Hasta lo imposible?
-En realidad, más allá. Hasta el lugar en que lo posible y lo imposible se encuentran y pasan a ser... lo posimposible.
(Barney Stinson, Cómo Conocí a Vuestra Madre)

miércoles, 8 de junio de 2011

Diecinueve años aprendiendo

Cumplo diecinueve años.
Hoy no estoy inspirada para escribir. Ni siquiera necesito hacerlo para saber cómo me siento.
Aún así, es un día especial para mí. Me gusta que quede aquí grabado. Me gusta leer lo que escribo al cabo de un tiempo y acordarme del momento en que lo hice. Cuando vuelva a ver esta entrada sabré que en el momento en que la escribí estaba muy agotada, tanto física como psicológicamente, pero que ese día fui a dormir muy, muy contenta. Estoy orgullosa de la gente que me rodea. De los que son importantes y lo saben y de los que creen que apenas me importan; de los que se acercan y los que me evitan. Todos, en su medida, aportan un poco a mi día a día y hacen que pueda seguir creciendo y aprendiendo. Diecinueve años aprendiendo.



"Y aún sigues siendo la reina del curso '92"
Pereza - Margot.

jueves, 2 de junio de 2011

Recta final

Nunca es fácil llegar a la recta final. La recta final es lo último que debemos superar antes de acabar. ¿Y después? ¿Gloria, decepción? ¿Ganas de más? Depende.
La recta final del curso ha llegado. Estamos saturados de faena, trabajos, prácticas, exámenes. Nos levantamos antes que el sol para acabar de repasar y nos vamos a dormir más tarde que las brujas mientras acabamos de aprender el temario.
Los estudiantes no están en casa; están en la biblioteca. Las bibliotecas están llenas, pero calladas. No hay un asiento libre. No se ven las mesas porque están completamente cubiertas por apuntes, carpetas, bolígrafos, ordenadores. Sólo se oyen los teclados de los portátiles. Un estornudo, alguien que carraspea, el fuerte respirar de un resfriado primaveral. El aire acondicionado sonando por encima de los estudiantes. Todos con tapones en los oídos o con los auriculares puestos. A algunos les gusta escuchar música mientras estudian. Otros se graban recitando la lección y dejan que vaya sonando mientras repasan sus apuntes.
Las ventanas están cerradas. No entra el ruido de la calle. Los días cálidos y los días grises. La biblioteca siempre está llena. Huele a exámenes finales: a gente que se juega el curso o la carrera; gente que prepara la selectividad; gente cuyo verano depende de esa recta final. Soñadores, vividores. Miradas desconcertadas cada vez que la puerta se abre para dar paso a otro estudiante cuando no cabe nadie más. Miradas desesperadas que no saben cómo memorizar todo lo que tienen delante. Miradas con ansias de libertad, con la vista en el verano.
Es lo que todos queremos ahora. Que acaben estas semanas y que empiece el verano. Ir a la playa, ponernos morenos. Escaparnos con los amigos a donde sea. Sentarnos a pie de mar a tomar algo, salir de fiesta. Conocer a alguien, enamorarse. Comprar ropa y estrenarla. Ir a parques de atracciones o acuáticos. Hacer cosas diferentes. Hacer un corro una noche frente a la orilla y cantar mientras alguien toca la guitarra, o tocarla tú. Protagonizar nuestro propio anuncio "Mediterráneamente" con nuestra propia banda sonora.

miércoles, 1 de junio de 2011

Delirando en época de exámenes

Hoy hemos empezado con los exámenes finales. De hecho lo hicimos ayer, porque ahora que pasan de las doce de la noche ya estamos a miércoles 1. 

Es el cumpleaños de Marina y va a celebrarlo exponiendo su trabajo final de Estructura, como lo haré yo justo dentro de siete días. Gracias. Realmente me hace sentir un poco mejor saber que no soy la única a la que le pasan esas cosas.

Tenemos diez días por delante para acabar con tres exámenes y una exposición final en la que casi nos jugamos una asignatura, y sin tener en cuenta la posible recuperación de historia que algunos imploramos porque ya vemos que no, que no sale...

Además las Single Ladies estamos llevando a cabo nuestras misiones. La primera fue ayer, martes, con el Plan A (de Alcobita). Como consecuencia Alba y Lara han aparecido paivons derrepent. Me da igual escribir mal. Ya sé que derrepent no existe, pero a mí me gusta hablar así. Ya está en marcha la operación "El que te facka", que sin duda será un éxito.
Por otra parte seguimos preparando el viaje que también se nos ha ocurrido derrepent y que probablemente acabe llevándome con Albert, Laura y Patricia a Mallorca (y ojalá, porque toca desconectar).

Me duele la cabeza. A lo mejor es porque llueve. Me he pasado media tarde en la biblioteca historieando y viendo cómo llovía. No me gustan los días grises. Hacen que todo sea aún un palo más grande.

Tampoco me gustan mis rodillas. Están malitas.

Sigo escribiendo sin borrador y sigo publicando lo primero que me pasa por la cabeza. Cuando me apetece escribir simplemente lo hago. Algunos piensan que esto es de freaks. Me empieza a dar un poco igual. Me  he dado cuenta de que si realmente quiero escribir he de atreverme a publicar.

Bona nit, el delirio de esta noche acaba aquí.